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Ayuno Intermitente y Síndrome Metabólico

AYUNO INTERMITENTE Y SÍNDROME METABÓLICO

El síndrome metabólico afecta a casi un 30% de la población en los EEUU, y representa un riesgo 5 veces mayor de padecer diabetes II y el doble de sufrir enfermedad cardiovascular en los próximos 5 a 10 años. Las características del síndrome metabólico incluyen obesidad abdominal, sinónimo de mayor inflamación crónica y mayor enfermedad CV, HTA, resistencia insulínica y dislipidemia aterogénica.

La primera línea terapéutica en cualquier guía está representada por la dieta y la actividad física, aunque muchas veces olvidemos este punto y empecemos directamente por la intervención farmacológica.

La alimentación limitada por tiempo (ayuno intermitente popularmente), está orientada a sincronizar los ciclos de alimentación y ayuno con los ritmos circadianos. Y al mismo tiempo mimetizar, aunque temporalmente, las condiciones de la restricción calórica. Siendo que uno de los mayores cronodisruptores está constituido por la alimentación, en la supresión de dicho factor radicaría el marco teórico de esta intervención nutricional.

La alimentación a horas irregulares se encuentra ampliamente relacionada con la enfermedad cardiometabólica y el síndrome metabólico propiamente dicho. En condiciones espontáneas, sólo el 10% de los adultos mantiene una ventana de 12 hs o más de ayuno.

En este sentido, un estudio llevado a cabo por la Universidad de San Diego y publicado en Cell Journal el 05/12/19, intenta relacionar una alimentación limitada por 10 hs durante 12 semanas con las diferentes mejorías en los parámetros del síndrome metabólico. Aún cuando la mayoría de los participantes recibieran terapia antihipertensiva y con estatinas.

Quienes se enrolaron en el ensayo podían optar cuánto y a qué hora comer, siempre y cuando se limitaran a un período de 10 horas. La mayoría eran considerados obesos según IMC. En general terminaban eligiendo desayunar más tarde y cenar temprano; toda una odisea en países como el nuestro, donde la cultura noctámbula se encuentra tan arraigada.

Lo primero a destacar, es el gran nivel de adherencia a la intervención alimentaria conseguida en esta clase de pacientes. Todos los participantes eran guiados por una simple aplicación de los smartphones (myCircadianClock) que registraba tiempo real de alimentación y monitoreaba calidad del sueño. Se registró disminución significativa de los valores de TA sistólica y diastólica, colesterol LDL y HDL. Cambios que no se vinculaban a aumento de la actividad física, ni tampoco con modificación de peso. Aquellos participantes que presentaban hiperglucemia o elevación de HbA1c previamente, también registraban descensos de HbA1c.

Aún cuando los propios autores de este estudio ya se encuentren programando un nuevo ensayo randomizado para corroborar los hallazgos en una población más vasta, se erige con más fuerza la alimentación restringida por tiempo como una alternativa sumamente válida.

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